La custodia compartida no discrimina
TRIBUNA
JOSÉ ANTONIO PANERA BERMEJO
En fechas recientes ha salido publicado en Diario
de León, una noticia en términos de denuncia que a los lectores en
general les puede resultar sospechosa e incluso pueden caer en el
mecanismo fácil de plantearla como un reflejo de la sociedad
machista de la que a algunos les cuesta salir.
La noticia en
cuestión es que Izquierda Unida denuncia el trato de favor que
Aprome (ONG que supervisa las entregas de menores entre progenitores
con problemas de relación) da a los progenitores varones, esto
también según dicho artículo lo ha denunciado una asociación de
padres. Resulta cuanto menos absurdo que sean los propios padres los
que denuncien un trato de favor hacia ellos mismos, cuando la
realidad nos atormenta día tras día sin piedad, cientos de padres
pierden el contacto con sus hijos, muchos abandonan y la pérdida de
sus hijos les acompaña como una losa hasta el fin de sus días y los
que no nos resignamos y utilizamos la maquinaria judicial nos
encontramos con la tremenda realidad de que sólo el dos por ciento
de las custodias que dan los tribunales se les otorga a los padres,
a favor de las madres. Es muy frecuente ver a dichos varones
alojados en los calabozos de nuestras comisarías solamente por ser
el adversario más débil en la lucha pro la custodia de nuestros
hijos e incluso sin quererlos para nosotros mismos, sólo pro
pretender ejercer de padres como lo habíamos hecho hasta el momento
de la separación, pretendiendo una custodia compartida. Porque aquí
lo que importa no son los intereses particulares de los progenitores
ni sus impulsos de revancha, sino la salud y el bienestar de los
niños que son las víctimas reales en todo este despropósito y los
que desgraciadamente tienen menos que decir, por que no votan.
No hay absolutamente ningún estudio serio que promueva como
algo beneficioso para un niño el que se desarrolle lejos de las
figuras paterna o materna. Pero si los hay en contra, los niños
necesitan de los dos progenitores para desarrollar su personalidad y
definir sus roles. Estos roles se adquieren con el aprendizaje y el
panorama no es muy alentador: Que va a aprender una niña hija de
padres separados cuando ve como cotidiano que su madre se esté
dejando la piel ocupándose ella sola de sacar adelante a la familia
trabajando sin descanso en el hogar y fuera de él o qué rol va a
aprender un hijo en las mismas circunstancias con un padre lejano y
olvidado o en el mejor de los casos desprestigiado social y
familiarmente y sin autoridad. Nuestros hijos para ser educados en
igualdad, necesitan vivirla al lado de su referente natural que son
unos padres y madres libres, iguales en derechos y obligaciones y
seguros. Seguros de que la sociedad en la que viven les ayuda y es
su apoyo para sacar a su prole adelante. Sin condenar a unas a
llevar una carga excesiva y compaginar su vida laboral y familiar
sacando horas de donde no las hay y negándolas su proyección
personal a favor de los otros que tienen por delante todo un
proyecto de vida personal y laboral sin trabas, pero sin embargo
están desposeídos de su vida familiar.
Que educación en
igualdad, estamos dando a nuestros hijos cuando ya desde muy
pequeños aprenden que no es lo mismo ser hombre que mujer. Que
siempre es papá, el que se va de casa y mamá la que pone las normas.
Que es papá, el que paga y mamá la que administra. Que es papá, el
que los visita y mamá la que lo consiente. Que es papá el perseguido
y mamá la protegida.
Algo huele a podrido cuando a todos los
políticos se les llena la boca con la pretendida Ley de Igualdad y
todas las medidas de integración del hombre en el mundo familiar, no
se oyen voces en esa dirección, sólo se habla de todo lo que tiene
que luchar una mujer para integrar su vida laboral y familiar,
tienen tanta vida familiar porque nos la arrebatan a los padres y
nos dejan sin vida familiar y sin hijos.
Hay muchos, muchos
hombres separados en disposición de seguir atendiendo a sus hijos si
no fuera porque con la ley en la mano, las propias madres nos
maltratan apartándonos de ellos, convirtiéndonos en meros
visitadores.
Es impresentable que el varón en un proceso de
separación con hijos de por medio, en pleno siglo XXI, tenga que
pedir permiso a la mujer para seguir ejerciendo de padre
responsable. Esto me recuerda pero en sentido contrario los tiempos
no muy lejanos en que la mujer dependía del marido y estaba privado
de sus derechos fundamentales. Es lo que nos ocurre hoy a los
hombres, estamos privados del derecho a educar a nuestros hijos, si
no es con el consentimiento de las madres.
La abrumadora
mayoría de padres que conozco, que debido a mi militancia son
muchos, que se han interesado en la custodia de sus hijos en
términos de igualdad, han tenido como respuesta de la Administración
de Justicia: «Se les considera aptos tanto al padre como a la madre
para la educación de sus hijos, pero damos la custodia a la madre».
Y volviendo al motivo inicial de la carta, que es la
denuncia de I.U. es muy lógico que en Aprome den un trato de favor a
los progenitores varones, porque precisamente recurren a dicho
centro para recoger el favor que algún juzgado les hace: que no es
otro que recibir la limosna de pasar unas horas, muy escasas con sus
hijos. También les pido que sigan denunciando situaciones de
desigualdad y sobre todo en el ámbito familiar, porque no es justo
que en esta sociedad del bienestar las mujeres estén condenadas a la
abrumadora carga de las responsabilidades domésticas y familiares y
a los hombres se nos excluya de ellas. |